Muchas personas han cambiado pañales a bebés antes de ser padres. Por su profesión, porque eran sus sobrinos, hijos de amigos, etc. Pero a un bebé recién nacido, no estamos normalmente habituados, pues esta tarea casi siempre la realizan los padres, sean primerizos o no, y frecuentemente con la mirada atenta de las abuelas.
El bebé recién nacido requiere unos cuidados distintos sobre el pañal que cuando son más mayores. Tenemos que pensar que dos puntos; sus primeras deposiciones son únicas, el meconio, y que tienen el ombligo sujeto por la pinza, cosa que también va a ser temporal.
¿Qué es el meconio?
Las primeras deposiciones de nuestro bebé son el meconio. Son fruto de su alimentación intrauterina. Son unas heces muy peculiares, por su aspecto y textura. Son muy espesas y pegajosas, de color muy oscuro, negro. Como si fueran de "juguete". Manchan mucho la piel del bebé, pues se les adhiere muy fácilmente.
La primera expulsión suele ser mayor, después va disminuyendo la cantidad, hasta que expulsan todo el meconio, y entonces empezarán a tener deposiciones más líquidas y de color amarillentas, a causa de la leche materna.
¿Qué hacemos con el ombligo?
El ombligo está sujeto por la pinza, pero cuelga del bebé, por lo tanto debemos tener cuidado con él. El ombligo se debe limpiar tres veces al día, con alcohol de 70º y con gasas estériles. Mañana, tarde y noche.
- Preparativos del cordón umbilical para el cambio de pañal:
- Primero debemos levantar la pinza y poner una gasa estéril debajo, luego soltar la pinza que reposará sobre el vientre del bebé y poner un poco de alcohol sobre el ombligo, por donde está unido al bebé.
- Secamos con la gasa si han caído gotas, le damos la vuelta a la pinza hacia arriba (esto es un poco delicado pues parece que se vaya a romper, pero no se rompe) y volvemos a repetir la operación.
- Secamos alrededor si se ha mojado un poco el vientre del bebé, y colocamos el pañal de manera que no le apriete en exceso, que tenga hueco para el ombligo y no le roce al bebé.
* Antes de cambiar el pañal a nuestro bebé, debemos preparar todo el material que vamos a necesitar y tenerlo a mano, para no dejar en ningún momento solo al bebé en el cambiador. Si se nos olvida alguna cosa, debemos coger al bebé en brazos e ir a buscarlo.
Necesitaremos:
- Pañal limpio
- Agua tibia y esponja. Además, se puede comprar una pequeña palangana solo para este uso. También una manopla suave, o bien usar las típicas toallitas (si limpias con toallitas debes secar muy bien la zona después, pues su piel es sensible y las toallitas mojan mucho)
- Toalla pequeña para secar el culito del bebé después de lavarlo
- Crema protectora para culito. Hay muchos tipos, las hay hidratantes para cada uso del pañal, y también podemos encontrar unas más espesas indicadas para las irritaciones de la piel en esta zona
- Un cambiador donde poner encima al bebé. En casa puede que usemos el cambiador de la bañera, o un cambiador de mueble. Si estamos fuera de casa hay cambiadores de algodón, como los del hospital, o cambiadores de tela, o plástico que se plegan y se trasportan fácilmente pues ocupan poco espacio
Cómo limpiar el culito de mi bebé
- Quitamos el pañal sucio levantando suavemente las piernas del bebé agarrando sus pies con una mano (la no dominante). Se levanta un poco su espalda y podemos sacar el pañal sucio.
- Dejamos al bebé sobre el cambiador y limpiamos la zona con la esponja de agua tibia, podemos poner un poco de jabón neutro, pero muy poco pues es una zona muy pequeña.
- Levantamos de nuevo las piernas del bebé y limpiamos suavemente siempre de delante hacia atrás. Para evitar posibles infecciones, sobre todo en el caso de las niñas, aunque a los niños también se les limpia de este modo. De delante a atrás.
- Debemos limpiar bien los pliegues de las ingles, muslos y nalgas, pues pueden quedar restos de orina y heces, haciendo que la piel del bebé se irrite y le escueza. Especial atención a este aspecto de los pliegues en casos de bebés regordetes, que poseen más pliegues. Nuestro objetivo es que estos pliegues estén siempre secos.
- En las niñas debemos limpiar muy bien las zonas de los labios exteriores e interiores de la vagina, pues las cacas son muy líquidas y pueden quedar restos que si no limpiamos detenidamente podrían causar infecciones.
- Secamos con una toalla suave y de uso único del bebé, las zonas de los genitales y culito. Secar muy bien los pliegues también de los muslos, ingles y nalgas.
- Levantamos las piernas del bebé del mismo modo, y colocamos el pañal limpio debajo. Le aplicamos un poco de crema protectora hidratante, sobre la zona del ano.
- El pañal debe quedar a la altura correcta, ni muy bajo, ni muy alto, esto depende de cada bebé, de su peso y talla, por lo que deberemos comprar el pañal de la talla de acuerdo a su tamaño. Con las tiras adhesivas unimos el pañal, sin apretarlo demasiado, cubriendo el ombligo pero dejando espacio para no hacerle daño al bebé.
Tipos de pañales
Podemos usar pañales desechables, pañales lavables o pañales ecológicos:
- Los pañales lavables se pueden usar desde el primer día, tenemos que tener recambios y una
bolsa adecuada para guardarlos en los cambios fuera de casa. Luego se lavan en la lavadora y se vuelven a usar. Tienen corchetes que se van adaptando al crecimiento del bebé.
- Los pañales ecológicos son pañales desechables, pero están realizados sin productos químicos y respetan el medio ambiente.
- Los desechables, son los más "cómodos" aunque contaminan el medio ambiente. Hay distintas marcas y tallas en el mercado.
- Los pañales acuáticos, son los utilizados para bañar a nuestro bebé en piscinas o playa sin riesgo de escape. El precio es algo superior a los desechables, pero pueden ser lavados y puesto a secar para ser reutilizado. No incrementan ni su peso ni su volumen en el agua y mantiene su capacidad de absorción. Se presentan como si fueran bañadores.
Experto cambiador/a de pañales
En muy poco tiempo verás que eres todo un experto/a en el arte de cambiar el pañal a tú bebé, que por cierto cada vez se complica más, pues el bebé crece y hace muchos movimientos durante el cambio, que a veces nos dificultan la tarea.
El cambio de pañal es un hábito higiénico que refuerza nuestra relación afectiva con nuestro hijo, también es un momento especial para los juegos, las cosquillas y para inundarlo de besos, que lo harán sentir muy muy limpio y feliz.
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