En este capítulo se resumen algunos mitos y creencias erroneas sobre la vacunación pediátrica que persisten en la población y que conviene conocer para cambiar nuestra mentalidad.
1. ¿Se puede vacunar en verano?
Esta creencia proviene de épocas del pasado donde la cadena del frío corría peligro de romperse en verano, con el consiguiente deterioro de la vacuna y falta de efectividad. La verdad es que las vacunas pueden administrarse en cualquier época del año independientemente de la temperatura ambiental.
2. ¿Se puede bañar al niño después de vacunarlo?
Después de vacunar a lactantes, niños o adulto pueden continuar su vida cotidiana en todos los aspectos, incluido el baño. El periodo de observación tras la administración de unas vacunas es de 15-30 minutos, después de los cuales la actividad podrá ser la habitual.
3. Las vacunas combinadas son cócteles que sobrecargan la inmunidad del lactante
Las vacunas combinadas actuales pueden contener hasta 6 antígenos vacunales diferentes en una dosis. La tecnología actual permite fabricar vacunas más purificadas y por tanto con una carga antigénica mucho menor que en el pasado. Las vacunas combinadas de varios antígenos no sobrecargan la inmunidad del lactante.
4. La vacuna de la gripe puede causar la gripe
Es imposible que una vacuna inactivada provoque una enfermedad infecciosa, puesto que para que se desarrolle se requiere un contacto con virus vivos viables. Este pensamiento puede ser causa de los efectos secundarios de esta vacuna, que pueden ser confundidos con los síntomas de la enfermedad o de la propia enfermedad contraída en caso de fallo vacunal en una persona vacunada.
5. La vacuna de la gripe protege frente a los resfriados
Existe considerable confusión entre ''gripe'' y ''resfriado común''; además en diversos paises de Latinoamérica el término gripe se utiliza para referir lo que en España es el resfriado común, añadiendo aún más confusión. La vacuna de la gripe no ejerce ningún efecto protector para otros virus que son causa del resfriado común.
6. Todas las vacunas llevan mercurio
El tiomersal es un compuesto orgánico que contiene mercurio que al metabolizarse se transforma en etilmercurio y que ha sido utilizado de forma habitual como conservante en numerosas vacunas para prevenir la contaminación bacteriana y fúngica. Preocupados por el riesgo asociado, se ha ido reemplazando esta sustancia en la gran mayoría de las vacunas pediátricas, aunque los grupos contrarios a las vacunas siguen utilizando este argumento para asustar a las familias.
7. Las vacunas sirven para pasar la enfermedad de forma más leve
La finalidad última de una vacuna es evitar que se padezca la enfermedad, y no pasarla ''más leve''. A pesar de su elevada eficacia, las vacunas no protegen al 100% de los casos, lo que ocasiona que algún individuo vacunado pueda padecer la enfermedad, lo que se considera como un fallo vacunal.
8. ¿ Es mejor pasar la enfermedad de forma natural que vacunarlo?
La población tiene la percepción de que la varicela es una enfermedad benigna y leve. Ésto es así en la mayoría de las ocasiones, pero hay formas graves e incluso mortales que podrían haber sido evitadas con la vacuna.
La ventaja de vacunar de forma universal es que se interrumpe la transmisión del virus, se genera inmunidad de grupo y se evita la transmisión.
9. ¿Son las vacunas responsables del incremento de las enfermedades alérgicas?
Los estudios que han analizado esta cuestión no han podido demostrar una diferencia en la prevalencia de enfermedad alérgica entre población vacunada y no vacunada.
Esta idea se ha formado por la coincidencia en el aumento del numero de vacunas administrada en niños y el incremento en la prevalencia de enfermedades alérgicas; pero como ya hemos dicho antes, puede ser una mera coincidencia aún sin demostrar.
10. ¿Es necesario vacunar frente a enfermedades que han desaparecido en nuestro país?
La desaparición de ciertas enfermedades en nuestro país se ha conseguido por medio de una inmunidad de grupo, o lo que es lo mismo, a tasas elevadas de vacunación en la población. Cuando un grupo de personas deja de vacunarse frente a una enfermedad, comienza a formarse una ''bolsa de población susceptible'' que padecerá la enfermedad cuando haya un contagio. Estos enfermos contribuyen a propagar una epidemia y afectarán no solo a las personas que no se hayan vacunado sino también a lactantes pequeños que por edad no hayan podido ser inmunizados.
Las vacunas no solo protegen al individuo que las recibe sino también a la familia y a la comunidad.
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